Los departamentos de RRHH parecen
llamados a ser reciclados, cambiados en busca de la eficacia sublime con los
menos costes posibles en sueldos productivos. Tamaña complejidad solo la pueden
realizar auténticos sabios que previsiblemente si no son duros hasta el
extremo, es decir si son eficaces sin emplear los miedos, se dedicarán a otros
proyectos diferentes a dirigir personas a poco que cambie el viento de la crisis.
Sin duda los procedimientos que se están
empleando en estos tiempos para crear puestos de trabajo son todo lo contrario
a la lógica. No se busca la excelencia, al mejor, al más válido, sino al más
barato, al más doblegable, al más obediente. Efectivamente hay excepciones,
faltaría más, pero por desgracia es lo que se siente.
El responsable de RRHH era el que debía
seleccionar al personal para los equipos de trabajo, con criterios de
objetividad, profesionalidad, adaptación al puesto de trabajo, calidad formativa
y humana y capacidad para trabajar en “ese” equipo. Hoy los equipos son muy variables, nadie está fijo y no
es posible buscar el tornillo que falta, pues cambian constantemente por arte y
gracia de unos y otros. Así es imposible encontrar la excelencia en la empresa.
Los departamentos de RRHH sobrarían si no es por su nueva función obligatoria de
saber dirigir grandes sinfonías con chiflos y panderetas de ocasión. Y si no
sabes te lanzan al vacío.
En muchas empresas se exige una gran
formación, contante, continua, pero ellos no la piensan provocar, invirtiendo
en ella para sus trabajadores. Creen que es un asunto de las personas, no de
las empresas. En cuanto estas personas encuentren algo un poco mejor, si son
buenos, se van tras aprender de lo que han visto. Y en muchos casos a intentar
hacer la competencia. Así es imposible asentar el mercado laboral y productivo
en una España que va camino del mareo.
Las personas cada vez más, van a trabajar
por libre, y para ello nada como aprender de otras empresas todo lo relacionado
al funcionamiento global de todo. Así que querido colaborador de empresas que
pagan poco, no te preocupes: aprende, copia, apunta, haz relaciones, fíjate en
proveedores y clientes, en precios y rentabilidades, y cambia o haz equipo. El
futuro es tuyo.
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